viernes, 4 de noviembre de 2011

Los jóvenes españoles tienen miedo de emprender

Emprender no es una de las prioridades de los jóvenes españoles. Más bien al contrario, los más jóvenes se decantan antes por la estabilidad (77%) y disponer de ingresos fijos (70%), antes de lanzarse al mundo de crear su propia empresa.

Lo dice el “Libro Blanco del Emprendedor en España”, un documento  promovido por la Fundación Príncipe de Girona (FPdGi) y elaborado por los expertos de ESADE Business School.

Según las conclusiones del Libro Blanco del Emprendedor, la iniciativa emprendedora puede aprenderse en la escuela y debería potenciarse para que los jóvenes españoles puedan desarrollar competencias como la autonomía, la confianza en uno mismo y la toma de decisiones en entornos de riesgo.

Otro de los retos que permitiría el necesario “despegue” de los emprendedores en España sería la mejora de la financiación a nuevos proyectos empresariales, especialmente en forma de capital riesgo en sus primeras fases. El Libro Blanco también pone de manifiesto que la crisis económica es un buen momento para el emprendimiento, a pesar de que en España se llevan a cabo iniciativas emprendedoras por necesidad (59% de los casos) más que por oportunidad (41%).

El estudio indica que los jóvenes españoles no son emprendedores porque están “acomodados” y prefieren el trabajo asalariado antes que el autoempleo. Incluso la tendencia se ha incrementado del 34% en 2001 a un 52% en 2009.

Los principales condicionantes a la hora de tomar la decisión de no emprender en España son el miedo al fracaso y la aversión al riesgo. En el caso del primero, el informe destaca que el 45% de las personas encuestadas en España tiene miedo al fracaso, esta cifra tan solo es superada por Francia, con un 47%.

Asimismo, los españoles tampoco son proclives a tomar riesgos y tan solo el 12% asegura que es arriesgado, frente a un 39% de estadounidenses. Pero también se trata de una cuestión de falta de autoconfianza, ya que según el Libro Blanco de la iniciativa emprendedora en España, los españoles se consideran poco creativos y pensamos que lo que nos sucede está en gran medida determinado por otros o por la suerte.

Otro de los frenos a la hora de emprender en España es la mala imagen que se tiene del autoempleo. De hecho, ser emprendedor solo cuenta con un 48% de índice de popularidad, frente al 73% de Estados Unidos o el 62% de Francia. Así, los jóvenes piensan que la sociedad valora mejor a los profesionales independientes (72%) o a los científicos y artistas (69%) que a los emprendedores o empresarios (38%). Solamente los funcionarios están peor vistos.

Un artículo publicado en Muy Pymes

jueves, 3 de noviembre de 2011

Las redes sociales y su influencia en los RRHH


En los servicios de Social Media es habitual que las empresas estén preocupadas por su reputación, pero hacia sus clientes y proveedores, y no tanto hacia sus empleados, de forma que se orienta mucho la comunicación en redes sociales hacia afuera pero no hacia adentro.

Me resulta curioso sin embargo, que cuando los blogs comenzaron a despuntar recuerdo la recomendación a los directores de empresas para que abrieran su propio blog era precisamente mejorar su reputación y la comunicación interna como primer objetivo. ¿Hemos cambiado las prioridades desde entonces? Probablemente se trata de una dualidad no definida en los planes estratégicos de Social Media Marketing.

En el seminario indicado, la tarde se dedica a un taller de “habilidades digitales” con un tema muy tratado los más activos en la red: la dieta informativa diaria.

Uniendo ambas temáticas podemos dar un paso más y preguntarnos qué debemos hacer para convertir nuestra marca o empresa en parte de la dieta informativa de nuestros empleados, nuestros socios, nuestros proveedores y nuestros clientes. Porque los empleados mejor informados sobre nuestra marca trabajan más cómodos para nuestros clientes; porque si gustamos a nuestros proveedores nos recomendarán a nuevos clientes; y porque con todo esto nuestros clientes estarán más satisfechos y los tendremos por mucho más tiempo y nos ayudarán a mejorar.

Un artículo publicado en Loogic

miércoles, 2 de noviembre de 2011

A planificar nuestra campaña de Navidad

Aunque todavía no ha llegado el mal tiempo y parece desconcertante hablar de la navidad, las empresas tenemos que comenzar a pensar en estas fechas que son sinónimo de consumo. Calculan en LideraTV que cada familia española se gasta de media 800 euros de los cuales alguno caerá en nuestros productos. De ahí, que sea esencial comenzar a preparar la campaña navideña.
Oficiosamente el 15 de noviembre todo tiene que estar preparado para que los consumidores preparen sus mesas para los días festivos o compren los detalles para los amigos o familia. Lo que no esté preparado para esa fecha, prácticamente diremos que no se venderá o tendrá más problemas porque la competencia habrá ocupado el lugar privilegiado de venta.
Además es importante ser previsores pecando de más que no de menos, es decir, que debemos asegurarnos de que el canal de distribución tenga stock más que suficiente por si estas navidades se venden más nuestros productos. En el hipotético caso de que no se acabarán todos nuestros artículos, sería una oportunidad única para que la empresa de la competencia, vendiera el suyo haciéndonos perder dinero.
No obstante, cada empresa aborda esta época de una forma. Por regla general, hay dos estrategias de negocio:
  • Adelantar la campaña de navidad a fechas más tempranas para fomentar la venta. Esto es por ejemplo lo que hace Loterías y Apuestas del Estado con los boletos para el 22 de diciembre que comienza a vender en verano para aprovechar los viajes de verano para vender.
  • Concentrar toda la fuerza en el último spring. Algunas empresas consideran que no es rentable alargar la campaña de navidad. Para ellas lo más importante es reunir todos los esfuerzos en estos últimos días cuando las prisas motivan las compras más impulsivas.
De cualquier forma, es necesario que cualquier compañía comience a plantearse qué acciones va a realizar en navidad, cómo va a felicitar a sus clientes o qué provisiones va a tener para que no haya problemas de stock ya que el Navidades no vale aquello “vuelva usted mañana”.

Un artículo publicado en Muy Pymes

lunes, 31 de octubre de 2011

La importancia de la marca en las Pymes

El tema marca o branding en inglés es un tema netamente estratégico. Las decisiones relacionadas con la creación de marcas, su crecimiento y su posible modificación (de ser necesario) parten siempre de una visión integral, conocer sus fundamentos y causas, y sobre todo con una mirada de largo plazo.

El querer “tener marca” o branding, de por sé, no significa nada o no representa nada. Las empresas, cualquiera sea su tamaño, se deben replantear primero, que quieren lograr (sus objetivos) con sus marcas. En el mundo competitivo de hoy, el branding puede ser un elemento estratégico de alta diferenciación.

Existen distintos niveles de “ambición” marcaria.

Un primer nivel el lograr que conozcan mi marca. Las marcas compiten hoy por la atención, recordación y el gasto del consumidor, y el tener una marca recordable abre las chances que se instale en la mente de los consumidores y participe en el juego de sus elecciones (presencia mental). La buena recordación de una marca NO es condición de éxito, pero si es una condición de posibilidad.

Un segundo nivel es lograr que la marca sea valorada. El que sea recordada no alcanza para que el cliente la elija o la quiera. La valoración trabaja entonces sobre los motivos que den “sentido” a la marca y su elección. Para ello, el valor se crea midiendo muy bien en los atributos “clave”, tanto funcionales como emocionales. Es darle “sentido” al nivel de notoriedad logrado, lograr diferenciarse y ser un referente. Si eso se logra, se dice que la marca comienza a construir su equity.

En este último aspecto, las marcas que más acertadamente han creado valor y se han destacado, son aquellas que han apostado más en construir emocionalmente las marcas, no sólo sobre la base del plano funcional de los productos. Construir marcas sobre valores y sentidos a veces abstractos, que apuestan más al “ser” de las personas.

En ese camino emocional, las marcas que han tomado posturas, que no “sobreprometen” y que verifican constantemente su imagen con actos concretos, que se muestran comprometidas con sus clientes y con la sociedad, las que son coherentes, las que crean espacios de contacto más allá de lo limitado a su prestación original, las que logran aportarles algo de “identidad”, son las marcas fuertes y ganadoras en el mercado de hoy.

Para las PYMES, la creación de marca surge cada vez como un imperativo estratégico. El desafío es grande, porque no se limita al mero ejercicio de pensar un nombre o como hacerlo “recordable”. El ejercicio es mucho más intenso y comprometido, dado que en el branding y la construcción de equity, participan todos y cada uno de los recursos de las empresas.