jueves, 2 de febrero de 2012

Leer en caso de emergencia

A todos Dios nos regala momentos en la vida en que realmente no podemos encontrar una salida. Estos días llegan sin avisarnos, un dolor en el corazón es más grande que nuestras fuerzas para salir adelante. De todo lo que pueda haber leído o aprendido sobre lo que significa emprender este es el principal mensaje que quiero comunicar. La vida es un emprendimiento que debemos enfrentar con “berraquera”. Cuando uno está sacando una empresa adelante pasa algo curioso.

Existen días en donde uno se va a la casa, por algún negocio o algo en particular, pensando en que va a ser millonario. Otros días, por dificultades y problemas, que la empresa se va a quebrar. Sin embargo, a la mañana siguiente ninguna de estas dos cosas pasa. Ojo con lo que quiero decir. Ninguna de estas dos cosas pasa. Ni somos ricos de la noche a la mañana, pero tampoco hemos caído en la pobreza. Con la mente más serena y el corazón más tranquilo entendemos que las dificultades se enfrentan y el éxito se construye paso a paso.

Todos estamos expuestos al dolor y al fracaso. A todos nos puede dejar alguien a quien amamos mucho, puede llegar la enfermedad de un familiar, la muerte y por supuesto que en un primer, segundo o tercer intento fracasemos en los negocios. Pero es justo en estos momentos cuando debemos aprender a disfrutar más la vida. Si usted es un emprendedor y está próximo a renunciar a su empresa pare un momento, considere lo siguiente. En una ocasión el legendario empresario Michael Dell fue invitado a un foro sobre emprendimiento en Nueva York. A la pregunta ¿qué consejo le daría a un emprendedor? el resto del panel se adelantó a explicar sus teorías muy elaboradas sobre el tema. Pero Dell fue el último en hablar y tan solo dijo una palabra “perseverancia”.

Y es que la perseverancia es algo más que una palabra bonita en los negocios. En su famoso libro The illusions of entrepreneurship, el prestigioso profesor de emprendimiento, Scott A Shane, cita una investigación que muestra que las compañías que logran superar la barrera de los diez años reinvirtiendo sus utilidades aumentan sensiblemente sus posibilidades de triunfar.

No hay duda que con el tiempo todo se hace más fácil y las crisis del pasado se ven más pequeñas. Aún así, según el profesor Shane, en Estados Unidos tan solo el 30% de las empresas logran cumplir este objetivo. Y para el caso colombiano, según diversos reportes del Global Entrepreneurship Monitor (GEM), la tasa de cierre anual para los emprendimientos nuevos es superior al 10%.  

Por supuesto los emprendedores fallamos. Usualmente gastamos más de lo que debemos, nos metemos en sectores muy competidos con márgenes irrisorios, nos equivocamos de socio o nos faltaba experiencia en un sector específico. Todo esto pasa y a veces uno francamente tiene que saber decir…listo ya no vamos más. Pero eso sí, debemos garantizar que esta decisión no haya sido por falta de ¡berraquera!.

Tengo en mi apartamento la película el Naufrago para casos de emergencia. Existe una escena casi al final en donde el protagonista Chuck Noland (Tom Hanks) regresa a su casa luego de perder para siempre al amor de su vida. Noland se siente muy triste porque perdió a Kelly (Helen Hunt), pero agradece que ella lo haya acompañado todo el tiempo que estuvo naufrago en esa isla. Allí en ese momento recuerdo los momentos en mi vida en donde realmente no veía ninguna salida. Entonces Chuck Noland, con un vaso de agua con hielo en sus manos, le dice algo a su mejor amigo que trató de no olvidar nunca que “uno nunca sabe que vela traerá la marea”

La vida y los negocios son lo mismo. Tenemos que aprender a disfrutar cada segundo.

Por: Carlos Andrés Vanegas - Empresario, profesor universitario y periodista económico
Blog: carlosavanegast.blogspot.com/  Twitter: @carlosavanegast

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