martes, 31 de julio de 2012

Estaremos on-line el proximo 27 de Agosto

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Generación emprendedora


Los chavales, los chicos jóvenes suelen ser catalogados, etiquetados y metidos todos dentro de una misma bolsa. No es justo. No lo ha sido nunca. Pero ahora, en estos momentos, donde si bien es cierto existe un alto porcentaje de chicos y chicas que no estudian ni trabajan, también hay otros tantos que forman parte de una generación emprendedora. Sobre todo en el sector de las tecnologías. No creo que sea una actitud nueva y producto de la crisis económica.

Personas con buenas ideas y precoces las ha habido siempre. Pero resulta llamativo que a una edad como son los dieciséis años, cuando el ocio existe como única opción a la que aferrarse tras dejar de estudiar los viernes, idea que no dejan de machacarles a través de las radio fórmulas e incluso de sus padres, ellos decidan que cada día es importante y bueno para inventar y crear algo nuevo y de utilidad.

Admiración

A veces nos tropezamos con la historia de algún chico que ha conseguido inventar una aplicación como si de un norteamericano se tratara, y en vez de garaje, contara con una habitación y una gran dosis de imaginación y tenacidad. Pero no existe sólo Pau García Milà al que este blog ya le dedicó un artículo bien merecido. En la web emprendedores, podemos tropezar con muchas historias de gentes que con apenas catorce años, se juntan con algún amigo no para tomar unas copas sino para pensar en su futuro.

Leo algún comentario de un lector que reflexiona con un: “me doy cuenta de cómo perdí tiempo en mi juventud”. No creo que sea así. De hecho, es estupendo que creen sus empresas, tengan ideas que resuelvan carencias en la sociedad, pero nuestra generación (entre los treinta y los cuarenta) no vivimos semejante crisis, quizás sí momentos de incertidumbre esporádicamente si el padre o la madre se quedaba sin trabajo, pero enseguida el problema estaba resuelto. A mi juicio no existe un equilibrio en la juventud. O muy listos o muy “en las nubes”.

Los nacidos en los setenta aprendimos a relacionarnos con los demás, a pulir nuestras habilidades sociales, gozábamos de libertad, jugábamos en la calle, no teníamos que ver programas de dudoso gusto en televisión y teníamos programación propia donde aprendíamos desde electrónica hasta algo de medicina. No debemos fustigarnos. Chicos imaginativos los ha habido siempre, quizás no inventaban una aplicación para Twitter ¡sobre todo porque no existía! pero sí brillaban en sus trabajos, en deportes, y son los que ahora están pagando y sufriendo los golpes de esta crisis maldita.

Una esperanza

Pero volviendo a estos emprendedores o visionarios, me quedo con la historia de Jorge Izquierdo de 15 años. Un día, de camino a clase y en mitad de un atasco, se dio cuenta de que esas personas lo tendrían difícil a la hora de dar una explicación por su retraso en el trabajo, por lo que creó UrLate: una herramienta para avisar y dar una excusa cuando vas a llegar tarde a un sitio.Más tarde elaboró una agenda 2.0 también como aplicación móvil dirigida a estudiantes para llevar al día las tareas del instituto, exámenes o la media de las notas.

Como Jorge tenemos muchos más nombres, quizás sus sueños duren poco tiempo ¡fracasar forma parte de emprender!, quizás sean perseverantes y ellos, sin tener la mayoría de edad con ilusión y esa sensación de que todo es posible, sean los que animen a otros a desarrollar ideas y poder llevarlas a la práctica. El nexo común de estos casos es la simplicidad de las herramientas utilizadas y lo económico de poner en marcha sus empresas.

Si me estás leyendo, estás desempleado, y quizás bloqueado busca esa parte curiosa que todos tenemos, y que no debería morir según cumplimos años porque aún estás a tiempo de encontrar una salida para ti. Eso sí, tú tienes más responsabilidad, lo sé. Quizás sean unos hijos, una hipoteca, pero con tranquilidad y ayuda, es probable que despertemos de ese tiempo en el que uno se jubilaba en una empresa y trabaja para otro.

No podemos permitir que los mandatarios nos intenten volver locos cada día contradiciendo lo dicho el día anterior. Más que nunca el poder lo tiene el pueblo, sobre todo el de salir de la apatía y sobre todo, de ese espacio de confort, o miedo, o sensación de vértigo al pensar que tu vida debe dar un gran giro y que, tal vez, jamás vuelvas a trabajar en tu sector. ¿Tal vez sea mejor el cambio? Lo sé, es una pregunta arriesgada en estos tiempos.


En Pymes y Autónomos

lunes, 30 de julio de 2012

¿Qué tienen en común todos los grandes vídeos virales?


A todos nos gusta ver buenos vídeos online. Animales que hacen cosas graciosas, recetas, música o cualquier cosa que se nos pueda ocurrir se ve y se comparte constantemente en la red. Cada día se ven 4.000 millones de vídeos en YouTube y cada minuto se están consumiendo 60 horas de vídeo online. Los clientes potenciales de una marca probablemente estén en algún momento viendo algún vídeo en la red.

Pero, ¿cómo se hace que un vídeo sea viral? En primer lugar, hay que asumir que la viralidad no se puede garantizar. Pero sí es cierto que hay una serie de aspectos comunes a la mayoría de los vídeos virales que hay en la red, y que pueden tratar de copiarse para aumentar las posibilidades de que un vídeo consiga el deseado éxito viral.

1. Hazlo corto
El 44% de los usuarios pierde el interés en un vídeo online después de 60 segundos, según el New York Times. Los vídeos cortos tendrán más posibilidades a la hora de llamar la atención de la gente, y por tanto de conseguir que se comparta online.

2. Utiliza un personaje fuerte y consistente con tu marca
Haz que la gente piense inmediatamente en tu marca cuando vea a la persona o al objeto que protagoniza tu vídeo, pero para ello tienes que conseguir que el vídeo muestre claramente cuál es tu marca a los espectadores. Para ello, primero hay que crear una imagen clara de lo que piensan los consumidores de tu marca y qué es lo que quieres que piensen.

3. ¿Es real?
Un recurso muy efectivo para conseguir llamar la atención de la gente y que comparta tu vídeo es hacer que se pregunten si lo que están viendo es real o no. Si la gente cree que algo no es posible, o no sabe muy bien si lo que ve ocurre de verdad o está trucado, aumentan las posibilidades de que lo comparta con sus amigos para conocer también su opinión, o simplemente sorprenderles. Además, al compartirlo se generará un debate sobre la veracidad del vídeo.

4. Crea contenidos divertidos
Si haces que la gente se ría con tu vídeo, aumentan las posibilidades de que lo comparta en sus redes sociales. Eso sí, recuerda que no se trata sólo de crear un contenido que te haga reír a i, sino que necesitas que entretenga a millones de usuarios si quieres que llegue a ser viral. También es importante que en los vídeos divertidos se evite promocionar de forma directa algo.

5. Haz parodias
Parodiar un evento famoso, una persona conocida o una canción para promocionar tu producto o servicio puede dar lugar a un vídeo interesante que la gente quiera compartir con sus contactos porque está basado en algo que millones de personas reconocen y aprecian.

6. Utiliza contenidos creados por los usuarios
Para crear un vídeo de éxito, dejar que los usuarios puedan participar en la creación de estos contenidos (casi)siempre funciona. Además de ahorrarte tiempo, te permitirá interactuar con tus clientes y animarles a compartir contenidos. Puedes hacerlo a través de concursos para conseguir el contenido que necesitas al mismo tiempo que los consumidores interactúan con la marca y aumenta el boca a boca para difundir el mensaje. Además, con estos concursos se puede aumentar el alcance de una marca, llegando a personas a las que a lo mejor no se habría podido alcanzar con otras estrategias de marketing.

Un artículo publicado en Marketing Directo