La próxima vez que tengas una reunión no intentes evitar los silencios incómodos. Resulta que esos breves segundos – que a veces parecen minutos – en los que nadie dice nada puede mejorar la negociación o fomentar la creatividad en una reunión. Como su propio nombre indica, es difícil estar cómodo cuando un silencio incómodo reina en la sala, pero dejar que se alargue unos 4 segundos puede ayudar a mejorar tus reuniones y negociaciones.
Tendemos a intentar evitar los silencios incómodos rellenando los huecos vacíos con palabras poco relevantes, cuando en realidad lo mejor a veces es no decir nada.
El consultor, autor y orador James Sudakow era del tipo de personas que no aguantan los silencios incómodos, explica en Inc. Antes de montar su propia consultoría Sudakow se encargaba de liderar un equipo en una gran compañía, pero las reuniones no siempre fluían. Su jefa reconoció rápidamente el problema, “hablas demasiado“, le dijo.
Estudios a lo largo de los años han demostrado que los silencios incómodos provocan una sensación de rechazo en la mente de la mayoría de los individuos, provocado por el carácter social del ser humano.
Sin embargo, Sudakow logró dominar la técnica recomendada por su jefa…y funcionó. El tiempo que pasa hasta que un silencio comienza a ser incómodo son 4 segundos pero, como habrás experimentado, cuando nadie dice nada esos segundos parecen una eternidad, y esto es precisamente lo que beneficia a la reunión.
Durante esos 4 segundos todo el mundo empezará a pensar más y reflexionar más profundamente para dar con algo que usar para romper el silencio incómodo.
Por ello, planear los silencios en una reunión de antemano es positivo. Sudowak abre la ronda de opiniones y propuestas, y después deja de hablar. Cuenta hasta 10 en su cabeza y, aunque cada segundo que pase se vuelva más incómodo, nunca pasan más de 4 segundos – máximo 8 – hasta que alguien dice algo, mejorando la productividad y comunicación en sus reuniones.
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